domingo, 28 de marzo de 2010

En primera.


Miro alto incrédulo una gran casa, mi casa. Me introduzco lo más pronto posible en ella, está obscuro, tropiezo con un florero, me encamino hacia el baño, entro primero con mi pie derecho. Abro la llave de agua caliente, abro la llave del agua fría un poco más, me introduzco de lleno bajo la regadera, comienzo a tallar de arriba abajo, tallo obsesivamente mi pie derecho, lavo con desinterés el resto de mi cuerpo, abro el champú, lo coloco con cuidado en el centro de mi cabeza, cae en mis ojos ya irritados, los limpio, cierro ambas llaves simultáneamente, salgo deprisa del baño, no llevo ropa, me tambaleo por el pasillo, me seco con las paredes, miro una foto de aquella, la dejo en su lugar, yo no se que me pasa, continúo mi paso, abro la puerta que da a la calle, miro lejos incrédulo una gran calle, mi calle.

jueves, 4 de marzo de 2010

El Implacable Fulgor De Los Hechos.


Puedo hacer de ti una plegaria, una oración,
hacer que cuelgues de mi cuello, o de mi tedio,
creer que eres una charla conmigo mismo,
pero en las noches sentirte mi vigía, mi velador.

Puedo hacer de ti una forma de vivir,
sentir que tus brazos ya hacen a mi alrededor,
entonarte cada semana un par de canciones,
y en la tarde burlarme de tu redención.

Puedo hacer de ti una mentira,
Y advertir a la verdad sobre nosotros,
al fin y al cabo no tengo la certeza...
...ni la más mínima certeza.