Mi hermana y yo mirábamos cosas por internet, y atrás, en un sillón viejo estaba acostado el papa Juan Pablo segundo. El cual según teníamos entendido llevaba en coma un buen rato. Mi hermana y yo debíamos salir a un lugar lejano en unos momentos, pero no nos fue posible, pues el papa comenzó a moverse y a decir "ya se despertó el papa" o algo así. Ya de pie, empezó a toser. Después nos habló de una manera muy irreverente y graciosa, le valía madres hablar con groserías y parecía estar de muy mal humor por tantos meses o años en coma. Después de hablar un poco, él se sentó en el sillón argumentando que se sentía bastante cansado por el descanso y que dormiría otro buen rato, además de pedirnos de favor que no informáramos aun a la prensa sobre su milagroso despertar, pues de enterarse los medios a él no le podría ser posible efectuar su tan ansiada siesta. Lo dejamos dormir.